La Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación es un templo excepcional en el ámbito de la comarca. Su altar mayor cuenta con un retablo barroco íntegramente labrado en granito dividido en tres calles separadas por columnas de orden dórico. Las calles laterales acogen imágenes de madera de San Roque (derecha) y Virgen María (izquierda) en su respectivo templete apoyadas sobre peana; concluye en altura por medio de una concha de vieira que recuerdan a los nervios de una cúpula ilusoria.